jueves, 31 de mayo de 2012

Vacaciones


Mi idea de vacaciones no es la playa. El solo pensar en cientas de miradas posándose sobre mis celulíticas nalgas me aterra. El short de jean nunca cubre lo suficiente y llega un momento en el cual indefectiblemente hay que pelar cuero y quedarse en bikini. Que la parte de abajo me queda chica. Que la de arriba grande. Que las “tetas” tienen forma de cono, que no me puse cubreojeras, que mirá a esa hija de puta que acaba de salir del mar y parece escapada de una tapa de Sports Illustrated y yo parezco un mix de Toti Ciliberto y un lobo marino (que dicho sea de paso se parecen bastante).
Mi idea de vacaciones es pasear por una ciudad o pueblo o espacio con construcciones. Con un sweater y un vestido estoy más que cómoda, y ni hablar si el entorno no invita a presentarse en “estado natural”. A diferencia del 90% de las mujeres que se sienten a gusto en aquellos ambientes en los cuales no es requerimiento embadurnarse de maquillaje y salir al acecho, mi interior reclama rimmel, delineador, cubre-ojeras, zapatos, carteras, tapados y demás. Esa soy yo relajada. Esa soy yo de vacaciones.