martes, 12 de abril de 2011

I'm thinking in the rain

Bueno, volví a pensar en estas pibitas, las bloggers, las que intentan serlo... los temas reiterativos sobre penes, perfumes, cremas, dietas, amigas, y demás burradas me tienen hasta la coronilla, pero eventualmente alguno de esos tengo que tocar ya que son parte de la vida de todas las féminas... y de unos cuantos pibos también.
Recién estaba en la ducha, poniéndome el shampoo y llegué a la conclusión de que puede haber amor y no compatibilidad. Y puede haber compatibilidad pero no amor. Yo estoy pasando por las segundas, mi amiga por las primeras. Está enojada, sabe que no es justo esto de quererse y no tener que contarse. De esperar el llamado que no llega, de recibir el mensaje cuando una esta durmiendo o cagando y que nunca exista un momento de los dos. En mi caso los momentos eran todos, las risas eran siempre cómplices y compartidas, el sexo como un buen juego de tetris, las charlas siempre profundas, interminables, los silencios siempre acomodados en el momento justo, la bocanada de humo, el hueco entre el hombro y el cuello y mi cabeza ahí: exacta.
No duró y si bien lloré como una magdalena ahora entiendo porque, y también entiendo eso que él decía... que no iba a durar. Que no tenía que durar. Que había algo que no estaba y por mas que intentábamos jugar a que si, la ausencia era evidente.
Me voy de viaje y a pensar. Necesito estar a miles de kilómetros de distancia para entender porque yo estoy allá y el acá y cuando vuelva todo va a seguir siendo así. La distancia es virtual, uno elige si está lejos o está cerca y a mi no me queda mas remedio que alejarme para terminar de comprender. Y al comprender cerrar, porque es imposible abrir la ventana si la puerta sigue abierta, entreabierta o esperando a ser abierta. Habrá que poner ladrillos, habrá que mudarse, habrá que cambiar los vientos, dejarse llevar por una ráfaga o por otra.

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